viernes, 27 de diciembre de 2013

La libertad individual como un compromiso social.


¿No debería ser una persona responsable de lo que le ocurre? ¿Por qué deberían asumir otros la responsabilidad de influir en su vida? El economista y Premio Nobel por sus contribuciones al análisis del bienestar económico Amartya Sen expone en su conocido libro “Desarrollo y libertad” una amplia visión acorde a la realidad práctica de lo que es la idea de libertad y del desarrollo, sobre la cual elaboró su satisfactoria teoría de la justicia posteriormente. La libertad debe ser entendida como la capacidad de los individuos de tener las oportunidades de elegir la vida que ellos quieren llevar, sin limitarse a la concepción de los llamados libertarios o liberales que no se preocupan en absoluto de si algunas personas disfrutan de las oportunidades o son sistemáticamente privados de ellas, centrándose exclusivamente en los procedimientos del mercado obviando en las condiciones en las que se tiene acceso a él; mientras que el desarrollo, debe ser percibido como un proceso de expansión de las libertades fundamentales de los individuos que permitan el aumento de sus capacidades.

La siguiente reflexión es un resumen del capítulo de este libro que lleva a su vez el título que encabeza este texto, sobre cómo la responsabilidad exige libertad para ser ejercida:
“La idea de que cada uno es responsable de su vida y que otros no deberían asumir la responsabilidad de influir en la vida de otros encaja perfectamente en la forma de pensar actual. Yendo más allá, algunos individuos sostienen que la dependencia de otros mina la iniciativa y el esfuerzo individuales, e incluso la dignidad personal.
[…] Sin embargo, las libertades fundamentales de que disfrutamos para ejercer nuestras responsabilidades dependen extraordinariamente de las circunstancias personales y sociales, así como del entorno. Un niño al que se le niega la oportunidad de recibir una educación elemental no solo padece una privación cuando es joven, sino que, además, se le perjudica para toda su vida, ya que es una persona incapaz de realizar algunas cosas básicas para las que hay que saber leer, escribir y calcular. El adulto que carece de los medios necesarios para recibir un tratamiento médico contra una enfermedad que padece, no solo es presa de la morbilidad evitable, y posiblemente de la mortalidad eludible, sino que, además, también se le niega la libertad necesaria para hacer algunas cosas (para él mismo y para otros) que quizás desee hacer como ser humano responsable. El trabajador sometido que nace en condiciones de semiesclavitud, la niña subyugada reprimida por una sociedad represiva, el indefenso trabajador sin tierra que carece de medios significativos para percibir una renta, sufren todos ellos carencias no solo desde el punto de vista del bienestar, sino también desde el punto de vista de la capacidad para llevar una vida responsable, algo que solo puede hacerse disfrutando de ciertas libertades básicas.
La razón para que la sociedad apoye socialmente la expansión de la libertad de los individuos puede considerarse, pues, un argumento a favor de la libertad individual, no un argumento en contra. […] La alternativa a confiar exclusivamente en la responsabilidad individual no es, como se supone a veces, el llamado Estado paternalista. Existe una diferencia entre vigilar las elecciones de una persona y crear más oportunidades para que los individuos puedan elegir y tomar decisiones importantes, y puedan actuar entonces de forma responsable.”

En definitiva, las oportunidades sociales, políticas y económicas a las que tenemos acceso limitan y restringen inevitablemente la libertad individual, debemos centrar nuestra atención en la expansión de la libertad no solo como fin primordial, sino como el medio principal para el desarrollo. Los trascendentales poderes del mecanismo de mercado han de complementarse con la creación de oportunidades sociales básicas para conseguir la equidad y la justicia social, e incluso la eficiencia que se le supone y que muchas veces queda en entredicho por los resultados conseguidos, cuestión de la que se percató el mismísimo adalid de la libertad Adam Smith; firme defensor del uso de los mercados donde funcionasen bien y caricaturizado a esta abstracción que empequeñece el hombre que fue, obviando el resto de su obra; que en oposición a su famoso ejemplo sobre el carnicero, el cervecero y el panadero, y el papel mutuamente beneficioso del comercio movido por su “egoísmo”, desarrolla en su argumento del despilfarrador y el aventurero lo engañosas que pueden llegar a ser las señales del mercado y, cómo las consecuencias del libre mercado pueden significar un gran despilfarro de capital y recursos sociales. Considerando lo planteado por Sen y antaño por Smith, contrario a la sabiduría convencional sobre el que es considerado como el padre de la economía moderna, cabe hacerse la siguiente pregunta en referencia a la opinión pública de una tradición política y económica tan limitada que se centra únicamente en el papel del mercado ¿hay alguien más opuesto a la libertad que aquellos que se denominan hoy liberales?.


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miércoles, 4 de diciembre de 2013

Devastación de alta frecuencia, la última revolución en los mercados financieros.


La actual globalización financiera construida sobre la desregulación y libertad de los movimientos de capitales comenzada en la década de los 80; reforzada y fomentada después por las innovaciones en las tecnologías de la información, ha permitido operar en mercados financieros muy alejados geográficamente y de distintos husos horarios. Recientemente, se ha venido produciendo otra gran transformación en el mundo de las finanzas que nos explican en el documental francés “Trading de alta frecuencia”. Esta forma de operar está basada en órdenes de compra-venta, introducidas por los agentes financieros en unos ordenadores que denominan agentes robotizados, para un volumen y precio determinado de las acciones y en unas condiciones específicas, que son efectuadas en microsegundos; avanzada tecnología para la especulación siguiendo la máxima de comprar barato y vender caro.


Estas transacciones de alta velocidad poseen un elemento espacial pues, cuanto más cerca se esté del centro neurálgico financiero, más rápido circularán las ordenes de compra-venta; motivo por el cual según refleja el documental, la actividad de la Bolsa de París ha sido trasladada a la City de Londres, el principal centro financiero de Europa. Recibir la información y efectuar órdenes una milésima de segundo antes proporciona una ventaja frente al resto de competidores del mercado que puede proporcionar beneficios de millones de euros a los agentes financieros, sin embargo, la consumación de miles de estas órdenes por segundo hace a estos mercados más inestables y más volátiles. Aunque sus defensores argumenten que episodios de alta volatilidad no sean sucesos frecuentes, basta con que ocurran una vez para que miles de inversores pierdan todo su dinero y se lleguen a crear efectos devastadores sobre la economía real. La historia nos muestra que los episodios de fuerte volatilidad en los mercados de valores son acompañantes frecuentes de la reciente globalización financiera y, de una magnitud tan dañina en sus manifestaciones en la economía real, que debería ser un tema de extrema importancia para los gobiernos de todo el mundo no menospreciar estos riesgos, pues la preocupación surgida tras la quiebra de Lehman Brothers parece ser que se ha evaporado de la opinión pública así como de la agenda política.

Otra característica del Trading de alta frecuencia es su estrategia de operar en el mercado basada en algoritmos, el secreto mejor guardado de los agentes financieros que operan de esta forma, y que supone un problema de información imperfecta que va más allá de la capacidad de los grandes intermediarios financieros de evaluar la información frente a otros agentes, o del acceso a información privada que no tienen otros agentes. Además, este tipo de operaciones de alta velocidad dificultan la actuación de las instituciones supervisoras o reguladoras de los mercados de valores facilitando diversos fraudes como la saturación y las interferencias; como se expone en el documental con el caso de un “trader” holandés, condenado con una multa irrisoria por beneficiarse del efecto rebaño que él mismo provoca en el mercado, tras poner una trampa en la que otros inversores cayeron. Si un operador individual puede hacer tal manipulación del mercado, ¿qué no podrán hacer los grandes operadores institucionales?, esto supone otra muestra más de que los mercados financieros no son eficientes y de la existencia de avanzadas técnicas de arbitraje, que apunta más a una dinámica inestable que de equilibrio en los mercados financieros, sin entrar a valorar aquí la teoría de la agencia, el desigual acceso a la financiación y posibilidades de apalancamiento de los agentes, la estabilidad desestabilizadora de la cual habla Hyman Minsky, o los “animal spirits” que trataba Keynes y que el galardonado con el Premio Nobel de Economía Robert Shiller ha vuelto a poner de actualidad.

Las inversiones marcan el ritmo de la economía; y si los gobiernos siguen permitiendo que ésta función se parezca al funcionamiento de un casino, sumada a la anarquía del capital en un mundo global con diferentes reglas de juego, las cosas no harán más que seguir empeorando sin vislumbrar horizonte alguno de mejora. ¿Será la Tasa Tobin eficaz para limitar en buena medida los efectos de la especulación? Los resultados obtenidos en Francia parecen indicar que para los inversores “extranjeros” no supone dificultad alguna evitar el impuesto; además de ser una medida totalmente inútil sobre los efectos de transmisión de volatilidad que puedan producirse, dada la mayor integración de las economías de los países por motivo de sus vínculos comerciales y financieros y, en especial, por reacciones de los inversores por causas no relacionadas con los fundamentales del país.


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sábado, 7 de septiembre de 2013

Reformas no estructurales y Competitividad de Portugal


El país necesita de un choque fiscal acompañado de un plano de (re)industrialización,  teniendo a los territorios como palanca del crecimiento y refuerzo de la competitividad. 

Por João Leitão. Publicado originariamente en el medio Online “Urbi et Orbi

La reducción de la calificación credicticia de Portugal ha venido afectando negativamente a la competitividad de Portugal, o sea, a su capacidad competitiva y entorno competitivo, en la medida en que la señalización externa de los mercados apunta en el sentido de que la economía portuguesa tendrá una capacidad bastante condicionada para cumplir, en términos futuros, los compromisos asumidos; es decir, en términos de los pagos de la deuda contraída tanto por vía del endeudamiento público como de los endeudamientos privados. Más allá de eso, minimiza las expectativas de retorno de los inversores extranjeros y nacionales, por nítida falta de confianza en la capacidad de recuperación autónoma de la economía portuguesa, en términos de regreso a los mercados internacionales, como mecanismo de financiación de la actividad económica nacional.

Los resultados obtenidos en un estudio desarrollado recientemente por el Gabinete de Estratégia e Estudos (GEE) del Ministerio da Economía e do Emprego de Portugal, teniendo por base los indicadores disponibles en el inicio del año 2013, destacan el mejor posicionamiento competitivo de Polonia, República Checa y de Eslovaquia, seguidos de Hungría, Portugal, España, Italia y, por último, Grecia. Entre estas ocho economías del sur y este europeo, Portugal solo es más competitiva que Grecia y puntúa al lado de Italia y España. Para su mejor orientación, considere ahora un ejercicio donde se comparasen las cuatro economías del este – Polonia, República Checa, Eslovaquia y Hungría  – con las cuatro economías del sur – Grecia, Italia, España y Portugal –. El objetivo es hacer frente a las fuerzas y debilidades competitivas de estas ocho economías, que se posicionan en el pelotón intermedio de la Unión Europea. La competitividad es analizada a través de 48 indicadores, agrupados siguiendo seis dimensiones de análisis: crecimiento; empleo; inversión; globalización; endeudamiento; y Europa 2020. Entre las seis dimensiones consideradas, la inversión y el endeudamiento son las dos en que Portugal puntúa peor, quedando en penúltimo lugar en ambas. La mejor puntuación es conseguida en la implementación de la estrategia Europa 2020.

Las reformas operadas por el actual elenco gobernativo están lejos de poder ser consideradas reformas estructurales. En la realidad operaron recortes en gastos fijos, a saber, remuneraciones de los colaboradores de organismos de la administración pública y se adoptó una política fiscal que no es amiga de la competitividad nacional, que resultó en el aplastamiento de la capacidad de adquisición y de inversión de los particulares y empresas. Luego la receta de austeridad fue elevada a un extremo que resultó en una situación de fatiga fiscal de los particulares y de estrés financiero del tejido empresarial, especialmente, micro, pequeñas y medianas empresas. Todo sumado condujo a la desintegración del tejido industrial nacional, en el aumento del desempleo, en especial, jóvenes con formación superior, y en la reducción drástica de la demanda interna. Con todo, el gasto público mantiene una trayectoria galopante, fruto de la incapacidad de control de los costes variables del mal llamado gasto público, basada en contratos, prestaciones de servicios, convenios y asesoramiento especializado.

La política y el régimen fiscal se revelaron nefastos para el refuerzo de la capacidad competitiva de las empresas portuguesas y extranjeras para operar en Portugal. A nivel interno, es urgente reducir el impuesto sobre el rendimiento de las personas colectivas (IRC) y también reducir el impuesto sobre el rendimiento de las personas singulares (IRS), en el sentido de crear una nueva dinámica de consumo interno y de atracción de inversión directa extranjera. A nivel europeo es fundamental (re)crear una política fiscal capaz de crear incentivos para la localización y deslocalización de inversión directa extranjera, con destino a las economías de la periferia europea, en mayores dificultades, es decir, Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España (PIIGS). Es impensable que la misma empresa soporte un 11% de IRC en Holanda y un 25% en Portugal, pues es extremadamente desigual la carga fiscal a la que se enfrentan los empresarios.
                            
Portugal es un país que tiene producciones competitivas, capital humano cualificado en determinados nichos y una estructura institucional preparada para aprovechar una verdadera economía del conocimiento, con todo, necesita de inversión y de una discriminación positiva por parte de las altas instancias de la UE que, a mi modo de ver, podría asentarse en un perdón parcial de la deuda, pero también en la posibilidad de adoptar un régimen de tasas de cambio flexibles donde la divisa patrón – El EURO – pudiese fluctuar de acuerdo con la evolución del indicador principal de crecimiento y de producción de riqueza nacional, o sea, la variación del Producto Interior Bruto (PIB) real. La idea básica es crear categorías de Euro (1, 2 y 3) donde las diferentes economías de la Unión Europea figuren de acuerdo con su desempeño macroeconómico anual.

¡Portugal y sus territorios tienen que actuar! Diseñar e implementar un plano estratégico de reindustrialización; mejorar el capital humano y los factores que influencian el clima de inversión de las empresas y la buena gobernanza; acelerar el proceso de transformación tecnológica y de cualificación de los recursos para poder dar el salto tecnológico hacia el grupo de países que generan tecnología; cualificar la mano de obra y desarrollar un esfuerzo de contención (sin más reducciones) de los costes salariales, dada la posición intermedia en relación a los costes laborales y la posición desfavorable en materia de capital humano, en el panorama europeo; estimular más y mejores empresarios que consigan aumentar significativamente la productividad de un número significativo de empresas; resolver rápidamente los problemas de estabilidad macroeconómica que afligen a la nación, es decir, reducir el déficit público, mejorar la eficiencia de los servicios públicos para poder reducir la carga fiscal (excesiva) y asegurar la estabilidad financiera a través de una regulación eficiente del sector financiero; eliminar la corrupción, aprovechando el encuadramiento europeo y nacional; mejorar sustancialmente el proceso de innovación, las infraestructuras de telecomunicaciones y las tecnologías de información y comunicación (TIC); y promover la sostenibilidad de la inversión directa extranjera, pues constituye una importante fuente de transferencia tecnológica, que es imprescindible para el progreso tecnológico.

João Leitão es profesor auxiliar de Universidade da Beira Interior (UBI), doctorado en Economía, con especialización en Pricing, Investigador integrado del Centro de Estudos de Gestão (CEG-IST), Universidade Técnica de Lisboa y miembro del Conselho Fiscal da Liga Portuguesa Contra o Cancro.

Traducción de Esteban Cruz Hidalgo

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miércoles, 4 de septiembre de 2013

¿Cambiará la Economía? En memoria de Ronald Coase


Recientemente ha fallecido el profesor Ronald H.Coase, premio Nobel de Economía en 1991 por su estudio de los costes de transacción y derechos de propiedad en torno al problema de las Externalidades. Una externalidad se produce cuando la producción de un bien o servicio afecta a la producción de otros bienes o servicios de otros agentes económicos, tanto sea para bien o para mal, el ejemplo más común es el del humo de una fábrica que provoca efectos nocivos en los que ocupan las propiedades vecinas. Coase encontró que la variable clave es la definición de los derechos de propiedad y que una correcta definición de estos derechos, junto a la negociación entre las partes, consigue someter el problema a criterios de mercado sin la intervención del Estado y los costes que genera y que según el autor “bien pueden producir más daño que la propia deficiencia original”. Es necesario señalar que el denominado Teorema de Coase no implica la desaparición de la extenalidad, sino el logro de un óptimo social por compensación entre las partes.
Esto es lo que expone en su conocido y citado trabajo “El problema del costo social” publicado originariamente en The Jornal of  Law and Economics (1960).

Cómo crítica al proceso de correción de externalidades que propone Coase vía compensación a través del mercado, hay que decir que no siempre es posible determinar quien es responsable del problema, o incluso puede que no haya un grupo diferente a la sociedad misma, lo que da origen a tentativas tanto de corrección como de provisión por parte del Estado. También, el supuesto de que sería posible llegar a un acuerdo general entre los actores a fin de determinar un nivel apropiado de compensación da pie a un problema de revelación de preferencias, ya que los agentes podrían tener incentivos para comportarse estratégicamente acerca de su valoración de los efectos externos. Mas relevante aún es el hecho de que no siempre se da el caso de que los actores posean la necesaria información y/o que los costes legales asociados a una posible negociación sean ínfimos.
Si bien su obra es una contribución muy importante para la ciencia económica, mi atención se centra en la coherencia que exhibía en torno a la manera de ver y abordar los problemas a los que intenta dar respuesta la ciencia económica, rechazando el imperialismo económico y haciendo un llamamiento al estudio interdisciplinar para la consecución de soluciones, reclamando un cambio en la economía, como demandó en una conferencia en la Universidad de Missouri del año 2002 titulada “Por qué la economía cambiará” y publicada en la web del Ronald Coase Institute, de donde extraigo el siguiente extracto:

“Adam Smith fue un gran hombre, fue quizás el más grande economista, pero la diferencia entre lo que ha sucedido en la economía y lo que encontramos en las ciencias naturales como la física, la química o la biología es realmente extraordinario. Isaac Newton fue un gran hombre, hizo una gran contribución, pero no vamos a crear hoy una conferencia basada en la física de Isaac Newton, o en la química de Lavoisier, o en la biología de Charles Darwin. Charles Darwin fue un gran hombre, pero ya no podemos aceptar sus puntos de vista sobre la herencia y por lo tanto de cómo funciona la evolución. Los cambios en la física, la química y la biología continúan hasta hoy.
No se podría dar un curso hoy en día sobre la base de lo que la gente creía hace cincuenta años en la química. Y si se toma la biología, el enfoque ha cambiado por completo por Crick y Watson con el ADN.

Ahora, en un curso sobre economía moderna aún puede utilizar los Principios de Economía de Marshall publicados en 1890 (hace más de cien años ), o aún podría utilizar Economía de Samuelson, primera edición, publicada pienso en 1948.

[…]Lo que creo que es importante es que los economistas no estudian el funcionamiento del sistema económico. Es decir, ellos no piensan que están estudiando un sistema con todas sus interrelaciones. Es como si un biólogo estudia la circulación de la sangre fuera del cuerpo, no llegaría a ninguna parte, pues no sería capaz de discutir la circulación de la sangre en una forma sensata; y eso es lo que sucede en la economía de hecho, el sistema económico es extremadamente complicado. Tiene grandes empresas y pequeñas empresas, empresas diferenciadas y empresas estrechamente especializadas, empresas integradas verticalmente y empresas de una sola etapa, tiene además las organizaciones sin fines de lucro y entidades gubernamentales, y todos unidos, operan para formar el sistema total. Pero, ¿cómo una parte afecta a la otra?, ¿cómo se relacionan entre sí?, ¿cómo funciona realmente?, no es lo que la gente estudia. El error está en la falta de ver el sistema como objeto de estudio.
Ahora, ¿cómo se ve? El estudio puede tener cien años. Pueden pasar doscientos años. Pero de todos modos, debemos comenzar.
[…] Debemos invitar a estos otros profesionales en otros campos en nuestro mundo para que nos ayuden en la comprensión de cómo funciona realmente el sistema económico.

Éstas ideas pueden verse reflejadas en su texto de 1960 en el estudio de las externalidades, donde señala que El costo de ejercitar un derecho (de usar un factor de producción) es siempre la pérdida que sufre la otra parte como consecuencia del ejercicio de ese derecho: la incapacidad para cruzar la tierra, estacionar el auto, construir una casa, disfrutar de un paisaje, tener paz y tranquilidad , o respirar aire puro” así como que “debemos tener en mente que un cambio del sistema existente que conduzca a un mejoramiento en algunas decisiones puede muy bien conducir a un empeoramiento de otras”.

¿CAMBIARÁ LA ECONOMÍA? Como Coase, creo que debe cambiar y que cambiará, en la medida de que la política incentive tales cambios o, simplemente, les de cabida a los ya hechos dentro de su línea de actuación, que deben venir precedidos de una apertura de la ciencia económica y todo avance dentro del entorno académico hacia la sociedad civil, pues el stablishment asentado hoy en los gobiernos mira para otro lado a las alternativas que proponen desde Premios Nóbeles hasta reputados economistas académicos, cuestión de intereses.

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sábado, 29 de junio de 2013

No se trata solo de crecer: las dos caras de Brasil

Con la elección de la Presidenta Dilma Roussef, Brasil quiso acelerar a través de diversas iniciativas el paso para presentarse no solo como potencia en  Latinoamérica, sino como potencia global beneficiándose de una buena imagen internacional gracias al ex presidente Lula da Silva y sus políticas de inclusión social: Conferencia de la ONU sobre el Medio Ambiente RIO+20 en junio 2012, Conferencia Internacional contra la Corrupción en noviembre de 2012, Campeonato del Mundo de Futbol en 2014, Juegos Olímpicos en 2016, creciente protagonismo en el grupo de los BRICS, nombramiento de José Graziano da Silva para director general de la FAO, y de Roberto Azevedo para la OMC.

Brasil está entre los 15 países que más redujeron su “déficit de IDH” entre 1990 y 2012. El Índice de Desarrollo Humano representa el impulso de una definición más amplia del desarrollo y del bienestar que el nivel de ingresos (PIB per cápita) o la tasa de crecimiento económico (medido como variación del PIB), abarcando tres dimensiones básicas del desarrollo humano como son salud, educación e ingresos. Entre 1980 y 2012 el IDH de Brasil ha pasado desde el 0.522 hasta el 0.730 de la actualidad, lo que coloca al país en la posición 85 de los 187 países para los que se disponen datos comparables. El IDH de América Latina y el Caribe como región ha pasado del 0.574 de 1980 al 0.741 de la actualidad, por lo que Brasil se sitúa por debajo de la media regional.
El informe destaca el programa “Bolsa Família” creado en 2001 y el desempeño económico hecho por el gobierno en educación, salud y nutrición.
Además sobresalen entre otras medidas la creación de 15 millones de empleos formales, permitiendo por primera vez que Brasil tuviera más trabajadores formales que informales; y en especial la valorización real del salario mínimo durante el mandato de Lula, que permitió que los sectores menos favorecidos vieran sus ingresos aumentar 55 por ciento por encima de la inflación entre 2004 y 2010.

Los esfuerzos realizados por el gobierno deben reconocerse en su mejora de la disminución de la pobreza en Brasil, sin embargo, no permiten una transformación de las estructuras sociales ni generan alternativas para una inclusión social duradera de los más pobres y vulnerables, y no abordan el reto de la desigualdad. El aumento del salario mínimo a trabajadores de bajos ingresos y las transferencias directas del gobierno a través del programa “Bolsa Família” o “Fome zero” van dirigidos a personas con elevada propensión a consumir, lo que alimentaron a su vez la inflación que se encuentra sobre el 6’5%, con un crecimiento económico esperado este año del 2’5%, tras ser el año pasado de un 0’9. Respecto a la Tasa de cambio, la moneda brasileña perdió de 2008 a 2013 aproximadamente un 21% de poder de compra frente al dólar, lo que ha repercutido negativamente en la balanza comercial del país al aumentar el valor de las importaciones. Esto se puede corroborar en la web del Ministério do Desenvolvimento, Indústria e Comércio Exterior del Gobierno de Brasil.

Si bien han sido medidas han demostrado reducir la desigualdad salarial en la cola inferior de la distribución de los ingresos, los efectos globales en el total de la distribución son muy pequeños, ya que brasil sigue siendo el tercer país con peor distribución del ingreso de Latinoamérica por detrás de Guatemala y Colombia, y el segundo entre los BRICS únicamente por detrás de Sudáfrica, y la desigualdad no solo trae perjuicios económicos sino también sociales. Brasil sigue estando entre los 10 países más desiguales del mundo.
Cuando nos fijamos en los problemas sociales, especialmente en las áreas de la salud, la educación, la inclusión social y el mercado laboral, los puntos débiles significativos son visibles, como se refleja en el estudio BRICS de los Indicadores de Gobernabilidad Sostenible de la fundación independiente alemana The Bertelsmann Stiftung  , así como la elevada percepción sobre la corrupción política; por tanto no debe sorprender el descontento generalizado reflejado en las multitudinarias protestas aprovechando el evento de la Copa Confederaciones de fútbol. La subida de las tarifas de autobuses funcionaron como catalizador ante una situación que se ha recrudecido por los problemas de inflación, unidos a una baja tasa de crecimiento y un tipo de cambio más débil, que afectan al poder adquisitivo de los hogares, mientras los políticos se suben el sueldo.
En definitiva, Brasil llegará a la Copa del Mundo de 2014 sin haber hecho frente a reformas estructurales, con grandes inversiones en estadios que han absorbido recursos que debían mejorar servicios públicos como el transporte, la educación y la salúd, y una bajada en el poder adquisitivo de sus ciudadanos; el gobierno eligió prestigio internacional en detrimento de la calidad de vida de los brasileños.
Algunos datos clave para entender el contenido de las protestas y los problemas ya expuestos son:
 
- CORRUPCIÓN.- Algunos estudios muestran que la corrupción cuesta más de 40.000 millones de $ cada año, gracias a una asignación de recursos a menudo altamente ineficaz por el gobierno y los fondos perdidos en el camino. Brasil ocupa el 69 entre 174 países en el Índice de Percepción de la Corrupción 2012 de Transparency International, con una puntuación que indica problemas significativos con la corrupción. Algo que también se refleja en los obstáculos a la hora de hacer negocios en el país, ocupando el puesto 130 en el informe Doing Business de 2013 del Banco Mundial.
Incluso si se cuenta con la voluntad política necesaria, como muestra la presidenta brasileña al asumir en 2011 la co-dirección de la Asociación Gobierno Abierto que promueve una mayor transparencia del gobierno, de la Ley Ficha Limpia promovida por iniciativa ciudadana que impide que los ciudadanos condenados por participar en las elecciones y ser elegido para un cargo público o las condenas de más de 25 personas, incluyendo a los políticos de alto perfil en el gran escándalo de Mensalão de 2012, habrá que ver si Roussef cuenta con el capital político necesario para hacer frente a la corrupción local y regional. Ante el clima político contra la corrupción muchos políticos trataron de introducir leyes que harían más difícil que la Corte Suprema les condenase, pero debido a la proliferación de las protestas al comenzar la Copa Confederaciones, el proyecto de ley PEC 37 que impedía a la Fiscalía investigar casos de corrupción y violaciones de derechos humanos de personas pertenecientes al gobierno fue rechazado en el Parlamento con 430 votos en contra, de un total de 530.
 
- AGRICULTURA.- Es cierto que el gobierno aumentó el número de nuevas asentamientos rurales para los pequeños agricultores, el área ocupada por ellos en los últimos años es pequeña en comparación con la de la grandes propietarios que se benefician de las nuevas tecnologías, el acceso al mercado exterior y el recurso a mano de obra barata, a menudo en una situación de privación que se remonta a los días del Brasil colonial.

 - TRABAJO INFORMAL.- Pese a los avances en materia de protección social, según el informe Panorama Laboral 2011 América Latina y el Caribe de la Organización Internacional del Trabajo existe un muy alto porcentaje de trabajadores y trabajadoras aún no tienen ningún tipo de cobertura (42’1%) al no disponer de un contrato laboral, cuya relación laboral no se desarrolla conforme a las leyes, y por lo tanto carecen de acceso a los beneficios que se obtienen como resultado de las contribuciones a los sistemas de seguridad social, como el acceso a un seguro de salud, pensiones en la tercera edad, seguro de desempleo, salarios o asignaciones familiares, entre otros. El análisis indica que los altos niveles de informalidad laboral hacen que la protección frente a los riesgos sociales mediante los sistemas tradicionales de seguridad social de base contributiva resulte insuficiente, tanto en el presente como en el futuro, para alcanzar niveles reducidos de pobreza y desigualdad, aun en escenarios de crecimiento económico sostenido.

-EDUCACIÓN.- Brasil aparece en los informes como un país que presenta avances en el sector educacional, pero donde las medias dicen poco y que todavía tiene que hacer frente a grandes deficiencias. Existen profundas desigualdades entre regiones, contextos sociales, raza o color, lo que vuelve necesario un análisis más enfocado en la realidad de los grupos sociales y económicamente más vulnerables. En el contexto general, existe un gran déficit de profesores formados, millones de niños fuera de las escuelas, de jóvenes y adultos analfabetos además de otros tantos millones considerados analfabetos funcionales, ambientes escolares e infraestructuras inadecuadas y deficientes. Lo que gasta Brasil anualmente por alumno es poco mas de una cuarta parte de lo que gastan de media los países de la OCDE. 

- SANIDAD.- El Ministerio de Salud estima que Brasil tiene un déficit de médicos, y es uno de los países que menos gasta por ciudadano del mundo. Según el Consejo Federal de Medicina entre 2005 y 2012 se produjo una reducción del 10’5% de camas en los hospitales públicos, y afirman que los problemas se deben a la falta de financiación, tanto para infraestructuras físicas como para políticas de trabajo eficientes para trabajadores de la salud.

En un país que se vio estar haciendo progresos en la reducción de la brecha entre ricos y pobres, y en adoptar una postura seria contra la corrupción, los gastos de todo el Mundial han llegado a un punto sensible. Quieren saber por qué más de 13.000 millones de dólares se gastan para construir estadios de fútbol para la Copa Mundial de 2014, cuando tantas personas carecen de servicios básicos, incluso en ciudades que no cuentan con suficientes personas para ocuparlos, como por ejemplo en Manaus, en el corazón de la Amazonia; así como por qué los políticos están dándose a sí mismos aumentos de sueldo cuando la inflación está perjudicando a los pobres. 
Si bien es cierto que el Gobierno no es ajeno a las deficiencias del pueblo brasileño y lleva poniendo en práctica desde 2009 diversos Programas de Aceleraçõ do Crescimento (PAC), a través de fuertes inversiones en infraestructuras de todo tipo, fundamentales para aumentar el nivel de empleo del país y garantizar el desarrollo económico. Los recursos destinados al PAC estructurado por ejes pueden verse en el informe Desafíos 2013 del Gobierno de Brasil, entre los que se encuentran además de las inversiones en infraestructuras y obras públicas, diferentes programas como “Minha Casa, Minha vida” para asegurar el acceso a una vivienda digna para millones de brasileños; “Comunidade Cidadã” con inversiones en educación, salud, cultura y deporte y ocio, encaminados a resolver los enormes déficits en capital humano e infraestructuras y “Brasil Sem Miséria” para garantizar la inclusión de 16 millones de personas que viven en situación de extrema pobreza. 

Con los ojos puestos en la experiencia internacional la Presidenta Dilma Roussef dejó claro que las represión solo agudizaría los conflictos y aislaría al gobierno, el gesto de la presidenta de sentarse con los representantes del movimiento para discutir sus demandas tras las manifestaciones que hicieron patente que los endémicos problemas de desigualdad existentes en Brasil no se resolverán con la política asistencialista y de transferencia directa implementada por las sucesivas administraciones del PT, es solo el comienzo para reconducir la energía transformadora que se ha apoderado de Brasil hacia la superación de las miserias y desigualdades que aquejan al gigante dormido latinoamericano desde tiempos remotos, ¿se enfrentará Brasil definitivamente al reto de cambiar la estructura social del país y crear alternativas para la inclusión social que consigan reducir la desigualdad de una forma sostenible? En la Copa del Mundo de 2014, cuando los ojos de todo el mundo estén puestos en Brasil, los propios ciudadanos brasileños nos lo harán saber, no tengo dudas de ello. 


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lunes, 24 de junio de 2013

¿Por qué invertir en educación? Sin educación no hay futuro

Muchos autores han encontrado correlaciones más o menos fuertes que interaccionan en una compleja red entre la siguientes variables que en cada país y cada región de un país pesan e interactúan de distinta manera: Confianza en las instituciones, cultura cívica y asociatividad, confianza interpersonal, infraestructura física y energética, normas adecuadas y respetadas, estrategias regionales, estrategias de cluster, instituciones políticas, volumen y calidad de los instrumentos de gasto en I+D+I, educación a todos los niveles, innovación y competitividad, y equidad en la distribución del ingreso. 

Tras el continuo ataque que estamos sufriendo en España hacia la educación pública especialmente en la figura del Ministro de Educación José Ignacio Wert; sin duda una educación pública muy mejorable, pero siempre con el compromiso por la igualdad de oportunidades en su acceso, pues en la experiencia de cada uno inciden circunstancias particulares que son muy diferentes y pueden incidir muy negativamente en las posibilidades reales de formación para personas con situaciones desfavorables; lo que no quiere decir que no sean personas capacitadas y que “deberían estudiar otra cosa”; voy a exponer brevemente la conexión existente entre capital humano y crecimiento.
Si bien preferiría vincularlo con el desarrollo, como advirtiese el Nobel de Economía en 1971 Simon Kuznets "hay que tener en cuenta las diferencias entre cantidad y calidad del crecimiento, entre sus costes y sus beneficios y en el plazo corto y el largo. [...] Los objetivos de "más" crecimiento deberían especificar de qué y para qué”. Por tanto, sería conveniente tener en cuenta la calidad del crecimiento y no solo la cantidad, si queremos avanzar hacia un crecimiento sostenido que lleve a un desarrollo real, y no ficticio como años atrás con la burbuja inmobiliaria.
La percepción de esta relación no es ni mucho menos reciente. La idea de que cualquier economía, desde la más tradicional o rudimentaria hasta la más interconectada y tecnológica, es necesariamente una economía basada en el conocimiento de los individuos y agrupaciones de individuos que la componen queda reflejada en los textos económicos desde la fundación de la teoría económica. Adam Smith en “La riqueza de las naciones” ya señalaba que la mejora en la cualificación de los trabajadores es la fuente fundamental del progreso económico y del bienestar. Alfred Marshall en sus “Principios de economía” también insistía en que el capital más valioso de todos es el que se invierte en los seres humanos. Sin embargo, la mejor explicación de la importancia del capital humano en relación con el crecimiento proviene de un sabio proverbio chino que dice así: “Si haces planes para un año siembra una semilla; si lo haces para diez planta un árbol; si lo haces para los próximos cien años enseña al prójimo. Si siembras una sola vez recogerás una cosecha; si enseñas a quienes te rodean recogerás cien.” 

Ya en el modelo neoclásico de crecimiento de Robert Solow, Nobel de Economía en 1987; que toma el avance científico y tecnológico como exógeno; calculó a través del estudio del crecimiento en EEUU de la primera mitad del siglo XX que cuatro quintas partes del crecimiento norteamericano eran atribuibles al progreso técnico, debido no solo a la innovación tecnológica sino principalmente a la calidad de la mano de obra o capital humano. El análisis de Solow muestra que en los países avanzados la innovación tecnológica contrarresta los rendimientos decrecientes, obteniendo más producción, aún con la misma cantidad de capital y trabajo.
A mediados de los 80 y primera parte de los 90, los economistas Paul Romer, Robert Lucas y Robert Barro, entre otros, desarrollaron la “teoría de crecimiento endógeno” sin tomar como exógenos el progreso técnico, sino como resultado de una actividad competitiva derivada de mayores inversiones en educación, formación, investigación y desarrollo, es decir, en capital humano, y que éste tiene rendimientos crecientes, en contraposición del capital. Los resultados obtenidos en estudios en diversos países mantienen que el capital humano incide positivamente en la innovación y el conocimiento contribuyendo de manera significativa a potenciar el crecimiento.

Cuando los economistas hablamos de capital humano solemos referirnos al stock de conocimientos y de habilidades útiles a la producción que acumulan los individuos y las organizaciones, sean estas empresas o países. Sin embargo, el alcance del capital humano es muy amplio, ya que existen muchas repercusiones que trascienden el ámbito de las dinámicas productivas sin dejar por ello de ser repercusiones económicas. Al incidir y fomentar la expansión de las capacidades de los ciudadanos; como remarca otro Nobel de Economía, Amartya Sen; la mejora de su educación y formación les permite una mayor libertad e información para tomar unas decisiones más acertadas como consumidores, productores y ciudadanos, sirviendo como catalizador de cambios en la sociedad y permitiendo el desarrollo social.
Pero entonces, ¿por qué los políticos ante estos beneficios tangibles no deciden invertir más en educación y en capital humano? Al cortoplacismo característico de nuestros políticos que les hacer rehuir a la hora de acometer una inversión a largo plazo como es la educación se ha unido el afloramiento de su carácter autoritario en una época de graves dificultades, que precisa de una necesidad mayor de adoctrinar que de educar, buscando mantener un elevado nivel de desigualdad, factor que ralentiza el crecimiento como admiten desde principios del milenio instituciones internacionales como el Banco Mundial y el FMI. ¡NO PERMITAMOS QUE RECORTEN MÁS EN EDUCACIÓN, ES NUESTRO PRINCIPAL ACTIVO PARA CONSTRUIR EL FUTURO QUE QUEREMOS!

 
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miércoles, 19 de junio de 2013

Una estrategia económica a nivel territorial: cooperación, capacidad competitiva y emprendedurismo

Más allá de la estabilidad macroeconómica en el conjunto de Europa; dependiente hoy más que nunca de la coordinación de las políticas fiscales y de un modelo simétrico en política monetaria que pueda sobrevivir a largo plazo, no como la actual configuración del euro; y de la vital importancia de un marco global en torno a políticas estructurales en lo referente al mercado de trabajo, mercados financieros y medio ambiente, que tantas distorsiones ocasionan como estamos viendo en la actual crisis y sobre lo que no se han tomado decisiones en torno a regulación alguna, a pesar de ser cuestiones que se encuentran en el epicentro de los problemas a los que nos enfrentamos; es necesaria una estrategia económica que contemple la dimensión de la competitividad territorial para el desarrollo de las regiones de forma inteligente y sostenible.
Desde una perspectiva económica parece difícil repartir sin crear y por supuesto repartir más de lo que se crea, por lo que debe atenderse a una asignación eficiente de recursos que permita aumentar la productividad de los factores productivos y la competitividad, atendiendo a criterios de equidad y al principio de compensación de Kaldor, puesto que una medida económica nueva formará una mejor global siempre que los perjudicados con ella puedan ser compensados por quienes resulten beneficiados.

Las políticas públicas tienen un papel importante en la creación de un entorno favorable para la cooperación, la capacidad competitiva y el emprendedurismo; para la puesta en práctica de iniciativas empresariales que revitalicen el tejido productivo y creen riqueza y empleo, a través de la diferenciación de productos y servicios como vía para crear valor añadido. En este sentido, el libro del profesor de Universidade da Beira Interior João Leitão, “Pode Portugal ser competitivo e emprendedor?” aporta respuestas sobre la problemática del desarrollo territorial, que aunque centrado en Portugal; esencialmente en la subregión de Cova da Beira; pueden aplicarse a cualquier otro territorio.

El libro se divide en tres partes; comienza acometiendo las políticas públicas, competición e instituciones, centrándose en la consecución de una estrategia económica inteligente y sostenible para el sector primario, que incentive la entrada de jóvenes emprendedores y contribuya al fomento de concentraciones agro-industriales basadas en redes institucionales dotadas de escala productiva y competitiva en términos internacionales, así como un dominio efectivo de los canales de distribución. A la vez que se busca la sostenibilidad en el sector primario y la recuperación de las actividades agro-industriales utilizando una lógica espacial y de incentivos, se debería buscar ligar ésta a la producción de energías renovables, para lo que sería necesario remover los intereses que obstaculizan la competencia entre productores y vendedores de energía y que comprometen negativamente nuestra capacidad competitiva; algo que también ocurre con un sector como el de las comunicaciones, donde se plantea la fragmentación de las grandes empresas de comunicación en busca del interés público.
También aquí se aborda la cuestión de las ventajas comparativas, recuperando la lógica ricardiana para decidir estratégicamente cuales son las especializaciones productivas por las que debe apostar el país con el objetivo de mejorar el trade-off. Todo ello englobado en modelos dinámicos de triple hélice articulados para una mayor eficiencia y equidad.

La segunda parte del libro gira en torno a organización espacial y redes emprendedoras, donde se aborda la creación de parques de ciencia y tecnología, clusters, ciudades-región y living labs. Se debe buscar la intensificación de las relaciones intra-industriales sobre la forma de aglomerados industriales concéntricos y que permitan menores costes al nivel de las diferentes fases de la cadena de producción y en donde las universidades estén en el centro de este proceso, promoviendo nuevas formas de conocimiento e innovación, proporcionando una mayor adecuación de la investigación a las necesidades del mercado y la trasmisión del valor de la solidaridad. Todo ello permite crear una cultura de vigilancia tecnológica y responsabilidad social para atender anticipadamente las necesidades de la comunidad empresarial y de los ciudadanos, creando incentivos para que aumente la inversión empresarial en las instituciones de enseñanza superior que las haga más cualificadas y competitivas, gracias a la financiación mixta público-privada.
También se necesita constituir redes entre ciudades-región de similares especializaciones productivas y de investigación para intensificar las relaciones entre las mismas; sin rivalidades ni canibalismo; para que se erijan así en motores del crecimiento económico nacional y de una real convergencia económica y social de los territorios en términos sustentables.
En este apartado se trata además un tema controvertido como es la fusión de ciudades pequeñas que se encuentren a poca distancia, una cuestión que políticamente se encuentra con grandes obstáculos como podemos ver en España, pero que permitiría una mayor articulación y cooperación institucional entre los agentes públicos y privados y la disminución de costes en servicios considerados básicos y de interés público, evitando en muchos casos la duplicación de inversión pública con el consecuente despilfarro de recursos que podrían asignarse a otras partidas; alcanzando una mayor estructuración institucional y supranacional como vía para que las ciudades funcionen como verdaderos living labs.

En la tercera y última parte, dedicada al emprendedurismo y su importancia en el plano económico y social, el profesor João Leitão señala el papel determinante de los emprendedores en el proceso de destrucción creativa y la importancia de una estructura organizativa eficiente para provocar un impacto positivo de la capacidad individual para emprender evitando factores que paralicen tanto la capacidad innovadora como la empresarial y potenciando los determinantes que permitan aflorar tales capacidades.
En definitiva, este libro plantea cómo el desarrollo de agrupamientos de interés económico y de cooperativas de productores y distribuidores de gestión profesionalizada, la puesta en marcha de modelos de triple hélice, la creación de nuevas formas de organización espacial y de redes emprendedoras y la apertura de programas específicos que premien la creación de empresas con actividad económica ligada a los sectores primario y secundario son fundamentales para conseguir la revitalización del tejido productivo nacional, el desarrollo territorial y parar la fuga creciente de capital humano. Para ello será necesario evitar factores y comportamientos que paralicen la iniciativa individual y la capacidad innovadora y empresarial, como pueden ser la falta de cultura y gusto por el riesgo, la incompetencia técnica y humana, la repartición asimétrica del rendimiento disponible, los esquemas de estratificación social, las redes de influencia y la corrupción institucionalizada. ¿En qué medida obstaculizan tales vicios que se dan en nuestra sociedad estas iniciativas aquí proyectadas? Viendo la salud actual de la economía de España y Portugal y las enormes diferencias existentes entre regiones, hay mucho por hacer.


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domingo, 16 de junio de 2013

Globalización, crédito y empleo

Los políticos europeos deben conseguir para salir de esta larga crisis que se asoma a su sexto año y sin expectativas de mejora que el crédito vuelva a fluir y fomentar el gasto, para sortear el gasto privado insuficiente y utilizar así la capacidad productiva disponible; todo ello dentro de un marco institucional mundial que cambie el perverso rumbo actual de la globalización.

La solución habitual a la reactivación del crédito es inyectar capital en las instituciones financieras y así que el crédito vuelva a fluir hacia el resto de la economía productiva, algo que no se está consiguiendo como vemos en la falta de confianza, la desviación del capital hacía actividades especulativas muy rentables en una situación de incertidumbre como la actual o hacia destinos de escasa fiscalidad y legislaciones laborales y ambientales sin obstáculo alguno, y las continuas recapitalizaciones a las que asistimos desde el comienzo de la actual crisis, con pérdidas para las arcas públicas y sin la contrapartida de un mayor control por parte de los gobiernos de las entidades recapitalizadas; entidades cuya mala gestión estaba destinada a obtener altas remuneraciones a corto plazo, a pesar del alto riesgo e insostenibilidad y a grandes dosis de corrupción. ¿Y qué pasa con el Banco Central Europeo? No presta a instituciones no financieras, su tarea es hacer préstamos a las instituciones bancarias a bajo interés, que luego prestan a un interés bastante más alto consiguiendo un buen margen de beneficios; con la excepción echa con el Programa de Compra de Bonos Públicos lanzado en mayo de 2010 frente a la crisis de deuda pública de algunos de los países de la eurozona. 

Aún cuando este primer paso se consiga, seguiremos enfrentándonos a un problema de insuficiente demanda agregada. En momentos como el actual, el hueco dejado por el sector privado debe ser ocupado por el sector público, a través de los viejos estímulos fiscales keynesianos. La queja del subconsumo como culpable de los males de la ocupación se aprecia ya en autores mercantilistas como en inglés William Petty, que en 1662 justificaba “las diversiones, los espectáculos suntuosos, los arcos triunfales, etc” apoyándose en que sus costos entraban en los bolsillos de cerveceros, panaderos, sastres, zapateros y otros. Quien mejor representó estas ideas fue Bernard Mandeville en su fábula de las abejas con el poema alegórico “El panal rumoroso o la redención de los bribones”.
Un crecimiento en la propensión a consumir serviría, excepto en condiciones de ocupación plena de las que hoy andamos muy lejos con un elevado desempleo que supera el 27%; para aumentar al mismo tiempo el aliciente para invertir, puesto que las oportunidades de ocupación están necesariamente limitados por la extensión de la demanda total como señala John Maynard Keynes en su Teoría General, por lo tanto, estimular el gasto público será mejor que no hacer nada ante la parálisis de la iniciativa privada.

De no ser así, como hoy estamos viendo en la actual crisis con las políticas de austeridad puestas en marcha por los países así como por los insuficientes estímulos fiscales llevados a cabo en España o Estados Unidos, y que recientemente pondrá en marcha Italia en menor proporción, cuya baja efectividad viene dada por el escaso volumen de recursos utilizados y la corrupción institucional; una vez iniciado el descenso de la ocupación y el ingreso total, éste podría llegar muy lejos, pues establecer un nuevo equilibrio en una sociedad globalizada como la actual implica una caída libre de la que es complicado ver el fondo, ya que mientras exista alguien en el mundo con unas condiciones peores que las nuestras habrá margen para seguir cayendo, aún cuando exista un gobierno nacional con un programa de estímulo fiscal serio, apenas será un parche temporal. Sin unas instituciones internacionales y la existencia de cooperación que exige la globalización hoy, aumentará la brecha de desigualdad entre los más ricos y poderosos y el resto de la humanidad, como se puede apreciar en recientes informes de diversas instituciones internacionales, ello a costa del sacrificio y erosión de nuestros derechos y condiciones de vida que provocan una convergencia hacia quienes se encuentran en peor situación y no a la inversa, una globalización orquestada y llevada a cabo por una clase política que no sirve a los ciudadanos de ninguna parte del mundo, cuyo resultado será explotación y barbarie, muy alejados de la sostenibilidad y libertad efectiva que deberían promover las democracias actuales.

¿Cuánto más tardaremos en crear los incentivos para una democracia efectiva y el control y expulsión de nuestras instituciones democráticas de las élites extractivas que hoy nos gobiernan? No podemos aspirar a tener derechos económicos sin derechos políticos.


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lunes, 25 de marzo de 2013

Chipre ¿Y ahora qué?



El revuelo en torno al rescate de Chipre y la mayoría de lo escrito en los medios tanto oficiales como no oficiales, gira en torno a dos cuestiones: la inseguridad jurídica sobre los depósitos menores a 100.000€ que rompe con la legalidad vigente en la Unión Europea; y los intereses de los bancos alemanes que quieren recaer sobre los ahorradores chipriotas las pérdidas derivadas para los bancos alemanes de la quiebra de la banca de Chipre.
En estos días hemos visto multitud de manifestaciones, declaraciones sobre la lucha de clases, el imperialismo, la avanzadilla de la “revolución”, la confianza en el euro, de la metedura de pata del actual presidente del EuroGrupo Jeroen Djisselbloom y la posterior rectificación sobre gravar los depósitos inferiores a 100.000…pero, ¿Por qué se negoció esta atípica medida en torno al rescate de Chipre? Nikos Anastasiadis, presidente conservador chipriota pidió un préstamo en torno a los 17.000 millones de euros, casi el 100% del PIB de Chipre; de los cuales 10.000 irán a parar a los bancos, sistema vertebral de la economía de la isla.

La decisión final parece ser que los depositantes con más de 100.000 euros serán quienes paguen el rescate de los bancos chipriotas, junto con accionistas y tenedores de bonos, además del cierre de los bancos no solventes, como el segundo más grande del país, el Laiki Bank ¿qué consecuencias tiene para una pequeña isla en el mediterráneo que vive en buena medida del sistema financiero, un paraíso fiscal dónde los activos bancarios son de siete veces el PIB del país? Renunciar a ser un paraíso financiero, ¿y entonces qué pasará con Chipre? La reestructuración de un sector bancario sobredimensionado no se plantea tarea fácil, habrá fuga de capitales, Chipre dejará de ser un lugar seguro para los evasores y los blanqueadores de dinero que dejarán de ir allí, y habrá despidos en masa. Esta debacle social para los chipriotas será especialmente dramática para los empleados de los bancos liquidados, que perderán los fondos destinados a sus pensiones y el seguro médico, a lo que el parlamento chipriota pretende buscar una “solución”.


Aún es pronto para conocer como acaba el rescate chipriota y los efectos que tendrá, pero me temo que el sacrificio de Chipre deja Europa tal y como está, el capital que usaba la isla como centro off-shore se moverá hacia algún otro paraíso fiscal y los ciudadanos chipriotas serán los únicos perdedores; aunque también este “autorrescate” indica una nueva política para los rescates bancarios a la que se viene siguiendo en Europa, alternativa a la socialización de pérdidas, cuestión que no es nueva sino que ya existía desde el principio, pero no se ha querido llevar a cabo y está por ver que se practique a partir de ahora. ¿Y los ahorros de los depositantes de menos de 100.000 euros? También para ellos, el futuro se presenta incierto y las pérdidas, mayores o menores según las circunstancias individuales, parece serán mucho más cuantiosas que la tasa de 6’75 % que pretendía negociar el presidente chipriota, acabando con la garantía de los depósitos menores de 100.000 euros, para no sacrificar su modelo de país.

domingo, 17 de marzo de 2013

Chipre, ¿indignación por el rescate a un paraíso fiscal?



El rescate a la banca chipriota era ya una posibilidad desde 2012, debido a su exposición a la banca griega y los efectos de la quita que se le efectuó, según se puede corroborar dando una vuelta por la red en noticias de medios de comunicación de distintos países, en donde muchos explican el porqué de la resistencia de la UE en contra de los préstamos de ayuda para la isla mediterránea y la indignación y desaprobación ciudadana a que se hiciesen efectivos.

Ahora, el nuevo presidente conservador chipriota Nikos Anastasiadis ha solicitado un préstamo de rescate de la UE, ya que necesita desesperadamente en torno a 17.000 millones de euros, de los cuales unos 10.000 millones irán a parar a los bancos, sistema vertebral de la economía chipriota que basa su economía exclusivamente en los servicios financieros y que suponen en torno al 70% del PIB. Los activos bancarios del país multiplican entre 5 y 8’5 veces el volumen de su PIB, según datos publicados por diversos medios, la enorme amplitud de tal estimación es una buena muestra de la opacidad que prevalece en la banca chipriota.
Abrir una cuenta en el Banco de Chipre es gratis y rápido, en 3 días ya está disponible para operar, con un secreto bancario más estricto que en Suiza o Liechtenstein. Además de esto, Chipre sirve un impuesto de sociedades del 10% y la exención del impuesto sobre la renta y el impuesto sobre las ganancias, entre otras características;  convirtiendo a Chipre en un paraíso para dar cobijo a todo tipo de negocios donde maximizar beneficios, de escondite para el capital que huye de una fiscalidad menos favorable en sus países de origen, así como para blanquear dinero sin obstáculo alguno.

Chipre es un destino popular especialmente para el capital ruso, que escapa del frío de Moscú hacía el abrigo de la soleada isla mediterránea, que atrae a grandes empresas como a funcionarios y miembros gubernamentales. Que el gobierno ruso haga préstamos en condiciones favorables a Chipre no es una muestra de altruismo, en 2012 1.400 empresas rusas estaban registradas en Chipre, cifra a la que deben añadirse las “empresas buzón”, que normalmente son administradas por sociedades como Tax & Advice.  Ocho de cada diez empresas rusas con más de 1.000 millones de beneficios al año cuentan con una oficina central en Chipre, entre ellas se encuentran gigantes como Gazprom, Norilsk, Nickel, Serverstal y Lukoil.

La inquietud y el revuelo montado por el diseño del rescate de Chipre, proviene de que deben ser los depositantes de las instituciones financieras quienes paguen en primera instancia, en vez de los accionistas y fondos públicos como viene siendo habitual y es justo, pues los ahorradores siempre deben ser los últimos a los que se les vaya a rendir cuentas. La troika exige que el gobierno imponga una tasa a los depósitos bancarios del 9’9% superiores a 100.000 € y del 6’75% a los inferiores de esta cifra, además, para evitar fugas de capitales mientras se aprueba la ley correspondiente se ha impuesto un corralito temporal.
Espero que podamos conocer el volumen de capitales que han salido del país “premonitoriamente”, previo anuncio de tales medidas.

Ahora bien, ¿inseguridad jurídica? no para el sistema financiero de los demás países europeos. ¿Injusticia con los ahorradores chipriotas? Una tasa a los depósitos bancarios supone un impuesto al ahorro que permite se graven todos los depósitos sean estos de extranjeros o de nacionales; en un país donde según diversos expertos cerca del 40% de los depósitos son solamente rusos, y que llevan años beneficiándose de que Chipre sea un paraíso fiscal, mientras que la subida en impuestos indirectos o sobre la renta de las personas físicas únicamente afectaría a los ciudadanos chipriotas. Por otro lado, el arreglo al que han llegado la troika y el gobierno chipriota permite que no se venga abajo su modelo de país, ser un paraíso fiscal ¿Se imaginan las consecuencias para los ciudadanos chipriotas el dejar de ser un paraíso fiscal ante la huída de los capitales o por la quiebra de sus bancos? El gobierno no tiene activos para garantizar los depósitos ni existen activos que respalden ese volúmen de capital que manejan los bancos varias veces superior el PIB del país, y medidas contra los intereses de los accionistas y fondos de inversión borraría a Chipre su atracción para capitales extranjeros, lo que provocaría quiebra total del Estado, así como también la volatilización de los ahorros y los trabajos de los ciudadanos.

En desacuerdo a todo este revuelo sobre tal medida en un paraíso fiscal, me pregunto ¿Dónde está la seguridad jurídica y la transparencia que permita a los estados localizar e ingresar el dinero evadido en paraísos fiscales o la armonización fiscal en la UE para impedir una competición fiscal a la baja que beneficia al capital que ha pasado al siguiente nivel, convirtiéndose en una competición en materia de ver quien desmonta en mayor dimensión los derechos laborales? Estamos hablando de un rescate destinado en gran escala a rescatar evasores de impuestos y actividades procedentes del lavado de dinero, de individuos que incentivan el desmoronamiento y desarticulación del modelo de Estado de Bienestar europeo; de salvar un paraíso fiscal, si bien puedo entender que sea injusto que el gobierno no garantice hasta 100.000 € los ahorros de depositantes chipriotas, este arreglo permite que su modelo centrado en servicios financieros no lleve a la quiebra de la economía de la pequeña isla del sur de Europa, pagar un 10% o un 6'75% por ello es una limosna comparado con los beneficios particulares obtenidos de su actividad, así como por los daños generales que a todos nos causan estos paraísos fiscales. ¿A qué se debe la indignación ciudadana contra esta medida? No existe comparación con España posible ¿Es justificable la resistencia de los ciudadanos de países del norte en que Europa rescate a Chipre? Estoy con ellos ¡ABOLICIÓN DE LOS PARAÍSOS FISCALES YA!
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